Me gustan las cosas sencillas de la vida (capítulo II)
Me gusta ver como ponen los granos del primer café en la báscula con una charola de metal. Al final van agregando de poquito en poquito para vender la cantidad exacta, y luego con la misma charola ponen los segundos sobre los primeros, y el proceso final es el mismo. Ya que están las cantidades correctas de los dos granos, con la charola que sirvieron el café y con una muy similar pero más pequeña empiezan a revolver los granos de café. ¡Esa es otra de las cosas sencillas que me gustan de la vida! Ver cómo se van revolviendo los granos de café. Como los dos tonos distintos de café (uno más claro que el otro) se van mezclando poco a poco hasta que desaparecen y convergen en un solo color nuevo. Esto junto con el ruido de los granos de café en movimiento, el ruido de una charola chocando con otra con cada nuevo movimiento y el penetrante olor a café de toda la cafetería, hacen que mis días se vuelvan más llevaderos en la oficina.
En pocas palabras, me gusta ver como se revuelven los granos de café.