jueves, abril 02, 2009

Me gustan las cosas sencillas de la vida

Últimamente me he dado cuenta cuanto me gustan las cosa sencillas de la vida. Cosas que pasan desapercibidas o sin importancia en nuestras vidas.

Para mí son esos pequeños detalles los que hacen de nuestra existencia algo extraordinario y que valga la pena. Espero que ésta sea un serie de posts que me reanimen a escribir y este blog reviva de sus cenizas.


Los dejo con la primer cosa sencilla que me hace mis días en la oficina más llevaderos:


Como en muchas oficinas hay un garrafón de agua. En la oficina está sobre un aparato que tiene para tres opciones, servir agua caliente (rojo), al tiempo (verde) y fría (azul). Por lo que supongo que el artefacto en cuestión tiene dos depósitos de agua diferentes, rojo y azul, porque el verde ha de salir directo del garrafón. Yo por lo general tomo entre tres y seis vasos de agua en la oficina, dependiendo de varias cosas, entre ellas la temperatura. Si hace frío tomo menos agua que cuando hace calor.


A mí me gusta tomar el agua al tiempo, me sabe diferente y siento que me quita más la sed. Cuando me sirvo agua, después de unos segundo puedo ver como suben las burbujas de agua en el garrafón, por lo general este acontecimiento ocurre en dos formas diferentes, sube una burbuja grande y hace esperar a la que sigue, para que junte el tamaño suficiente y pueda luchar contra la gravedad y ascender hasta poder acompañar a las burbujas anteriores que ya están atrapadas contra el garrafón, o sube una sucesión de pequeñas burbujas una tras otra. En lo personal me gustan más las burbujas pequeñas que suben una atrás de la otra acompañadas de un rítmico gorgojeo, que las burbujas grandes acompañadas por una estridente explosión.


En pocas palabras, me gusta ver y oír como suben las burbujas de aire por el garrafón cuando me sirvo agua.