jueves, mayo 14, 2009

Me gustan las cosas sencillas de la vida (capítulo III)

Cuando uno trabaja en una oficina y el lugar de trabajo es el mismo, uno se va haciendo a sus horarios. La gente sale a comer más o menos a la misma hora todos los días, la gente sale de la ofician más o menos a la misma hora, la gente sale de sus casas más o menos a la misma hora.

Me gusta ver que poco a poco voy conociendo (de vista) a la gente que sale a comer más o menos a la misma hora que yo. Empiezo a reconocer a la gente y a conocer sus horarios. En ocaciones sé si ya van tarde de regreso, o si van con la calma del mundo. Tanto por la hora como por su actitud al caminar.

En pocas palabras, me gusta ver que poco a poco voy conociendo a la gente que me rodea.

lunes, abril 06, 2009

Me gustan las cosas sencillas de la vida (capítulo II)

En la oficina toman café, el café que se compra lo compra el jefe y lo compra como a él le gusta. Yo no tomo café así que no tengo problemas con esto. El café que pide es una mezcla de dos granos de café diferentes. Si no mal recuerdo uno se llama Italiano y el otro se llama Americano. La mezcla es 50% y 50%.

Me gusta ver como ponen los granos del primer café en la báscula con una charola de metal. Al final van agregando de poquito en poquito para vender la cantidad exacta, y luego con la misma charola ponen los segundos sobre los primeros, y el proceso final es el mismo. Ya que están las cantidades correctas de los dos granos, con la charola que sirvieron el café y con una muy similar pero más pequeña empiezan a revolver los granos de café. ¡Esa es otra de las cosas sencillas que me gustan de la vida! Ver cómo se van revolviendo los granos de café. Como los dos tonos distintos de café (uno más claro que el otro) se van mezclando poco a poco hasta que desaparecen y convergen en un solo color nuevo. Esto junto con el ruido de los granos de café en movimiento, el ruido de una charola chocando con otra con cada nuevo movimiento y el penetrante olor a café de toda la cafetería, hacen que mis días se vuelvan más llevaderos en la oficina.

En pocas palabras, me gusta ver como se revuelven los granos de café.

jueves, abril 02, 2009

Me gustan las cosas sencillas de la vida

Últimamente me he dado cuenta cuanto me gustan las cosa sencillas de la vida. Cosas que pasan desapercibidas o sin importancia en nuestras vidas.

Para mí son esos pequeños detalles los que hacen de nuestra existencia algo extraordinario y que valga la pena. Espero que ésta sea un serie de posts que me reanimen a escribir y este blog reviva de sus cenizas.


Los dejo con la primer cosa sencilla que me hace mis días en la oficina más llevaderos:


Como en muchas oficinas hay un garrafón de agua. En la oficina está sobre un aparato que tiene para tres opciones, servir agua caliente (rojo), al tiempo (verde) y fría (azul). Por lo que supongo que el artefacto en cuestión tiene dos depósitos de agua diferentes, rojo y azul, porque el verde ha de salir directo del garrafón. Yo por lo general tomo entre tres y seis vasos de agua en la oficina, dependiendo de varias cosas, entre ellas la temperatura. Si hace frío tomo menos agua que cuando hace calor.


A mí me gusta tomar el agua al tiempo, me sabe diferente y siento que me quita más la sed. Cuando me sirvo agua, después de unos segundo puedo ver como suben las burbujas de agua en el garrafón, por lo general este acontecimiento ocurre en dos formas diferentes, sube una burbuja grande y hace esperar a la que sigue, para que junte el tamaño suficiente y pueda luchar contra la gravedad y ascender hasta poder acompañar a las burbujas anteriores que ya están atrapadas contra el garrafón, o sube una sucesión de pequeñas burbujas una tras otra. En lo personal me gustan más las burbujas pequeñas que suben una atrás de la otra acompañadas de un rítmico gorgojeo, que las burbujas grandes acompañadas por una estridente explosión.


En pocas palabras, me gusta ver y oír como suben las burbujas de aire por el garrafón cuando me sirvo agua.

jueves, noviembre 20, 2008

Me fui

Me fui, por una, o por muchas razones, que más da. Tal vez regrese, tal vez no. ¿A quién le importa?

Puede que si regreso, regrese a este mismo blog, o tal vez abra otro para empezar de cero (como muchas veces hace falta en la vida).

Además de que me fui, me lleve mis posts, porque son mios y de nadie más.

Dense una vuelta por aquí en el próximo martes 13, antes dudo que haya algo.

Kowy